
Antes llamados Havalina Blu, los madrileños Havalina suman y siguen con su segundo disco como Havalina. De nuvo en castellano, el trío encabezado por Manuel Cabezalí (quien nos responde las preguntas formuladas) presenta de forma oficial su nuevo largo Imperfección (Origami Records, 2009). Charlamos con él sobre la actualidad del grupo.
· Tras publicar el anterior trabajo en castellano volvéis a repetir la fórmula con el nuevo Imperfección. ¿Mejor seguir con las letras en castellano respecto a vuestras anteriores composiciones en inglés?
En su día, el paso al castellano fue una decisión muy premeditada y creemos que muy acertada. Somos mucho más felices haciendo música en castellano, por una infinidad de motivos. Es una decisión permanente.
· La presencia de las guitarras destaca por encima de los otros instrumentos. ¿Cómo componéis las canciones y quien tiene prioridad a la hora de llevar la batuta?
La dinámica general es que lleve los temas al local con la armonía, la melodía y la letra hechas; digamos, lo que es la "esencia" de la canción. Luego entre todos completamos el arreglo para que funcione a todos los niveles, y cada uno aporta su punto de vista desde su perspectiva y su instrumento. Y sí, es cierto que la guitarra tiene un gran protagonismo sobre todo lo demás; probablemente sea porque inicialmente son las composiciones de un guitarrista.
· Asentada la formación actual con los tres miembros del grupo, ¿cómo está funcionando el nuevo disco en directo?
Muy bien. Ignacio ha sabido adaptarse muy rápido y a su vez lo ha llevado todo a su terreno en la medida de lo necesario. Además ha hecho que todos los demás crezcamos y aprendamos mucho de él y con él, y ahora mismo creo que somos una apisonadora en directo. Nos sentimos muy seguros de nosotros mismos y de nuestra propuesta en lo que a directo se refiere.
· ¿Cómo se lleva el hecho de compaginar tu grupo con la banda de Russian Red?
Muy bien. El resto de la banda compaginan a Havalina con sus otros trabajos, no tan relacionados con la música, mientras que yo lo compagino con tocar con Russian Red, hacer sonido a Boat Beam, y cosas similares. Personalmente me siento muy afortunado de que esto sea así. En el terreno de lo práctico, Lourdes es muy comprensiva y respetuosa con el hecho de que yo quiera dar prioridad a mi proyecto, lo cual es muy de agradecer.
· ¿Cómo está funcionando vuestro trabajo junto a Origami Records?
Havalina ha pasado ya por muchas etapas en lo que a discográficas se refiere. Primero nos autoproducimos un par de discos; luego firmamos con Junk Records, y luego con Estoescasa! Con Origami Records es la primera vez que puedo decir abiertamente que estamos MUY satisfechos con el trabajo realizado. Han sumado mucho en muchos aspectos – entre Havalina, Todoazul (nuestra oficina de management) y Origami estamos haciendo un muy buen equipo de trabajo. Además, en lo personal es un gustazo trabajar con gente como Miguel Goñi (Origami) Es un tipo que sabe muy bien lo que quiere, sabe llevarlo a cabo, y del que nunca dejarás de aprender algo nuevo.
· Siempre comentan cosas sobre vuestras influencias musicales pero, ¿cuáles son para vosotros esos grupos de los que se puede decir que sí os sentís influenciados?
Ciertamente, ha habido muchas etapas en el sonido de Havalina, y en cada una de ellas ha habido diferentes referencias. En esta última (Imperfección), se han juntado dos cosas: por una parte una regresión-revisión de la música de nuestra adolescencia (es decir, el rock de los 90, como es Soundgarden, Helmet, Kyuss, Smashing Pumpkins...) pero en castellano, y por la otra, un absoluto hastío de buena parte de la música que escuchas ahora por ahí, que es complaciente, blandita y muchas veces superficial, como si no quisiera molestar a nadie. Nosotros ahora queremos hacer cosas que vayan mucho más allá del pop, y en este sentido puedo nombrarte referentes como Sonic Youth, The Cure, Muse... Sinceramente, el "mundillo" pop (que no el género en sí) me tiene muy aburrido: hay mucha gente haciéndolo, pero muy poca haciéndolo bien.
· En noviembre y diciembre tenéis varios conciertos confirmados junto a Zoo. ¿Cómo surgió la posibilidad de girar con un grupo como ellos?
Creo recordar que el amor surgió hará unos tres meses cuando coincidimos en el cartel del Festival Cosmonauta. Nos pareció un grupo con un directo tremendo, además de ser unos tipos encantadores, y creo que este sentimiento fue recíproco. Hace poco nos hemos juntado y hemos visto que, además de todo eso, somos dos bandas en una situación parecida, y queremos probar a sumar fuerzas y ofrecer un show conjunto que despeine al personal. El tiempo lo dirá, pero a mí personalmente es algo que me tiene muy ilusionado, y creo que es el sentir general.
· Ahora, habéis grabado varias canciones junto al grupo Boat Beam. ¿Qué os llevó a grabar estas canciones con ellas?
Nuestra relación con Boat Beam se extiende tanto en lo profesional (compañeros de sello, yo mismo he co-producido su disco, les he hecho el sonido en directo en numerosas ocasiones, etc) como en lo personal, en muchos sentidos. Conozco a Aurora Aroca (cello) desde hace mucho tiempo, y es una de las personas más importantes de mi vida por muchos motivos. A partir de ella conocí a Boat Beam, y luego todo ha ido sucediendo de un modo muy natural. A mí personalmente me gusta mucho tener cosas en común con la gente a la que quiero y aprecio, y en el caso de Boat Beam, esos dos sentimientos son aplastantes. Además, la mezcla nos pareció curiosa desde el primer momento, y creemos que lo que hemos hecho juntos ha quedado realmente hermoso.
· ¿Cómo se presenta vuestro concierto de presentación en la madrileña sala El Sol?
Estamos muy ilusionados con ello. Hoy hemos tenido nuestro último ensayo, y creo que este viernes está en la cabeza de todos como un día muy importante y emocionante en nuestras vidas. Nos hemos planteado el reto de hacer un concierto intenso a la vez que extenso (dos horas, si todo sale según lo previsto) y queremos ofrecer lo mejor de nosotros mismos a nuestro público, demostrarles que nos debemos a ellos. Nos encantan los retos y creo que éste es uno bastante importante. Tocar dos horas es una declaración de intenciones: odiamos la música ligera y que se consume rápido, ofrecemos al oyente subir en nuestro barco y dejarse llevar, sin mirar el reloj. Cada día hacemos canciones más largas y que requieren un mayor desarrollo y compromiso, y si la logística nos lo permitiera, nos gustaría hacer conciertos de dos horas por norma, no sólo el día de nuestra presentación.
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